¿Hay una dieta para la artritis y las enfermedades reumáticas? ¿Qué puedo comer para ayudar a mis articulaciones?

Estas son algunas de las preguntas que se hacen las personas que padecen de enfermedades reumáticas.

La respuesta es que, afortunadamente, hay muchos alimentos que pueden ayudar. Seguir una dieta baja en alimentos procesados y grasas saturadas y rica en frutas y verduras, pescado, frutos secos y judías es aconsejable para las personas con enfermedades reumáticas. Si este consejo te parece familiar, es porque estos son los principios de la dieta mediterránea, que es frecuentemente promocionada por sus atribuciones antienvejecimiento y de lucha contra las enfermedades.

Los estudios confirman que comer estos alimentos baja la presión sanguínea y protege contra un rango de enfermedades crónicas desde el cáncer hasta un derrame cerebral. Esto ayuda a la artritis frenando la inflamación, con beneficios para las articulaciones y el corazón. Otro beneficio: comer más saludablemente, alimentos comúnmente encontrados en la dieta mediterránea y pocos alimentos envasados también puede llevar a la pérdida de peso, que supone una diferencia enorme para tratar el dolor de las articulaciones.

Bien la llamemos dieta mediterránea, dieta anti-inflamatoria o simplemente dieta para la artritis o dieta para las enfermedades reumáticas,  hacemos un resumen de los alimentos clave y un desglose de por qué son tan buenos para la salud articular.  

Pescado 

Algunos tipos de pescado son buenas fuentes de ácidos grasos omega 3 anti-inflamatorios. Los investigadores han demostrado que tomar suplementos de aceite de pescado ayuda a reducir la inflamación de las articulaciones y el dolor, la duración de la rigidez matinal y la acción de la enfermedad en las personas que tienen artritis reumatoide. Algunos de estos pacientes incluso suprimen el uso de medicamentos anti-inflamatorios no esteroides sin experimentar una exacerbación de la enfermedad.

La investigación ha demostrado que aumentar nuestro índice de omega 3 comiendo más pescado y menos comida rápida, por ejemplo, ayuda a mitigar las enfermedades crónicas, incluyendo las enfermedades reumáticas.

Frutos secos y semillas 

Un puñado de frutos secos al día es ideal.

Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition encontró que en un período de más de 15 años, los hombres y mujeres que consumieron la mayor cantidad de frutos secos tenían un riesgo 51 por ciento menor de morir de una enfermedad inflamatoria (como AR) en comparación con los que comían menor cantidad de frutos secos.

Además de degustarlos  y de su  textura, los frutos secos cuentan con proteínas y fibra. Aunque son relativamente altos en grasa y calorías, los estudios demuestran que el placer de comerlos promueve la pérdida de peso, ya que sus proteínas, fibra y grasas monoinsaturadas son saciantes. También hemos de tener en cuenta que más no siempre es mejor.

Frutas y verduras 

¿Cuántas? 9 o más porciones al día.

Las frutas y verduras están cargadas con antioxidantes.  Estas potentes sustancias químicas actúan como sistema de defensa natural del cuerpo, ayudando a neutralizar las moléculas inestables llamadas radicales libres que pueden dañar las células. Hay que tener en el plato frutas y verduras de los colores del arcoíris, ya que los diferentes colores neutralizan diferentes oxidantes.

Otras investigaciones sugieren que el consumo de verduras ricas en vitamina k, como el brócoli, espinacas, lechuga y  col, reducen drásticamente los marcadores inflamatorios en la sangre.

Aceite de oliva 

¿Cuánto? De dos a tres cucharadas soperas al día.

El aceite de oliva se compone en gran parte de grasa monoinsaturada saludable. Es anti-inflamatorio, saludable para el corazón y es muy sabroso, también. 

¿Has notado una sensación de picazón en la parte posterior de la garganta después de sumergir el pan en el aceite de oliva? Ese es el compuesto fenólico, oleocantal, uno de los compuestos anti-inflamatorios más concentrados del aceite de oliva. Este compuesto inhibe la actividad de las enzimas, con una acción farmacológica similar al ibuprofeno. La inhibición de estas enzimas amortigua los procesos inflamatorios del cuerpo y reduce la sensibilidad al dolor. Así que no es de extrañar que este aceite se haya relacionado con un menor riesgo de una variedad de enfermedades crónicas.

En conclusión, una correcta alimentación, la incorporación de actividad física en su día, el descanso nocturno y el correcto tratamiento, harán que los síntomas disminuyan, y así lograr tus actividades diarias con la menor molestia posible.

“Deje que los alimentos sean su medicina, y que la medicina sea su alimento.”

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